martes, 12 de febrero de 2013

El mayor despeñadero...La confianza

Cuanto tiempo...
Hacía bastante que no dedicaba un rato a escribiros, la verdad es que ha sido por pereza, ni más ni menos, jeje
Hoy me gustaría hacer un ensayo sobre la edad y la confianza
Os habeis dado cuenta de que cuando somos jovenes, creemos en los demás ciegamente, tenemos fe, no dudamos de las intenciones de otros, simplemente damos por bueno todo lo que nos dicen...
Sin embargo, con la edad, el paso del tiempo, y los golpes que nos da la vida, dejamos de tener ese espíritu, y dudamos de todo
Se supone que el pensamiento científico se basa en eso, en dudar de todo, y buscar las respuestas, pero, ¿podría ser posible que estuvieramos matando las relaciones?

A mi última experiencia me remito, yo nunca he sido celosa, bueno si, jejeje, pero nunca en plan psicópata, si no, unos celos de esos que son sanos, que lo que dan a entender es que la otra persona es importante para tí, y que no quieres perderla. Nunca he sido del tipo paranóico, que busca en móviles ajenos, o destripa perfiles de facebook en busca del error, de la falta, del motivo para enfadarse.
Este carácter mío me hizo ser confiada, y es algo curioso, porque siempre he tenido novios que me han engañado, y nunca me ha importado mucho, si, me enfadaba y tal, pero he perdonado, y perdonado de verdad, sin echar en cara nada, sin tener miedo a que volvieran a recaer, pero, hará cosa de año y medio, terminé una relación de muchos años, y entonces, PUM, paranoia total! Y no entiendo porque, él nunca me engañó, pero, el sentirme traicionada por el que era mi compañero y mejor amigo, activo algo en mi, algo que no sabía que existía.

Hace poco, conocí a alguien, y lo cierto es que al principio todo iba bien, nos llevabamos bien, nos reiamos juntos y había química, pero, no se que pasó, un instinto, una bestia de ojos verdes, se apoderó de mi, y empece a desconfiar. Él lo notó, lógicamente, y empezó a molestarle, lo que a su vez, hizó que mi monstruo interior creciera, ¿Qué oculta? ¿Por qué le molesta tanto que pregunte? ¿Por qué me presta menos atención? Y así, la situación mutó en un Uruboros, un ciclo. Yo desconfio, tu te enfadas, me hace desconfiar más, y tu te enfadas más...

Como era de esperar las cosas no han terminado bien, y esto me hace recapacitar sobre lo que hay dentro de mi.

No me he vuelto obsesiva, y no voy por ahí pirateando cuentas, pero, ay la paranoia...que dura es la paranoia, el miedo a confiar en otros, porque, nunca sabes si volverán a traicionarte, a dejarte atrás y echarte de sus vidas. Y es triste, porque ya se sabe, que quien no arriesga  no gana, pero, ¿Y si lo que arriesgamos es nuestro corazón? ¿Y si no ganamos y seguimos perdiendo y perdiendo partes de nosotros mismos? Yo ya perdí a la adolescente que creía en los demás ¿qué será lo siguiente?

Me gustaría terminar esta entrada con dos frases célebres:

-La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.
 
-Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.

Podeis ir en paz, jejeje, Y reflexionad

Nos vemos en Marte

XxXQueenOnMarsXxX

No hay comentarios:

Publicar un comentario