jueves, 11 de abril de 2013

Eres mi Kryptonita...

Hello again!
Esta entrada la dedicaré a aquellos hombres, que por h o por b, se han convertido en  nuestra Kryptonita, nuestros hombres tóxicos

Entre mis amigas y yo podríamos escribir un ensayo sobre este tema, ¿Qué nos pasa? ¿Hay algo en el agua? ¿Desprenden feromonas que embotan nuestro cerebro? ¿Hicieron un pacto con el Diablo a cambio de tener pequeñas esclavillas?
Lo cierto es que podemos especular mucho, pero, lo único que importa es que están ahí, o mejor dicho, estamos ahí para ellos

Solo ha habido dos hombres Krytonita en mi vida, y curiosamente ninguno de ellos ha sido mi pareja, por tener respeto hacia ambos no diré sus nombres

Primero tenemos a Alfa, le conocí poco después de que se acabará la relación más larga que he tenido nunca, curiosamente esa relación no me ha dejado un sabor de boca tan amargo como el que me dejo Alfa. Digo amargo, aunque nada más lejos, durante el tiempo que le tuve, que no fue mucho, ohh, podría recordarlo todo, las miradas, las sonrisas, pero sobre todo como me sentía...casi enamorada, me sentía especial, y contenta, y el tono confidencial de nuestra relación lo hacía todo muy excitante

Lo mismo me pasó con Beta, tras la triste y escueta despedida de Alfa, necesitaba consuelo, y entonces Beta llegó como agua de Mayo, con su pelo salvaje, su simpatía, sus ganas de estar conmigo, y caí a sus píes.

En los dos casos podéis pensar, pues no parecen relaciones tóxicas, fuiste feliz con ellos mientras duró y eso es más de lo que mucha gente tiene, y si, pero no

Ninguna de las dos historias acaba tan fácilmente, las dos tienen un lado oscuro

Ver a Alfa es dificil, sus miradas ahora son despectivas, y se me clavan, y sabe que estoy loca por él, así que lo aprovecha, y cuando quiere algo de mi es todo ternura y simpatía, y sé la verdad, se que no pasará nada más entre nosotros, pero es ese "Y si..." que tengo en la cabeza el que no me deja vivir...

Beta, aparece y desaparece a placer, puedo estar sin verle un mes y que de pronto contacte conmigo como si hubieramos hablado el día anterior, y me pide que vaya a verle, y voy, y cuando estoy con él es como si no me hubiera ido nunca, pero la realidad vuelve a mi cabeza, y cada vez que me voy  es más duro.

Sabiendo todo esto, espero que los dos me llamen, respondo sus mensajes con celeridad, y les doy todo de mi cuando estoy con ellos. Me piden que salte, y yo les pregunto ¿hasta dónde. ¿Es esto sano? NO, ¿Me hace feliz?NO, ¿Cambiarán?NO....Entonces, que coño estoy haciendo!

Lo tengo claro, no me convienen, pero son como una droga que no puedo sacar de mi organismo, una droga que además es lo suficientemente inteligente para aparecer cuando me estoy reponiendo, y a veces se alternan, se que no lo hacen voluntariamente, no se parecen en nada, pero, cuando uno me hace daño el otro aparece para darme el golpe de gracia

Aún así lo tolero todo, y me he dado cuenta recientemente, que, de una forma poco sana, estoy enamorada de ellos. No les quiero de una forma retorcida u obsesiva, simplemente les quiero, me gusta pasar tiempo con ellos, sus chistes me resultan graciosos, sus sonrisas son las más brillantes, y sus abrazos me reconfortan muchísimo.
Después de ellos ha habido otros en mi vida, pero para mi, no hay comparación
Se que se debe al momento de mi vida en el que han aparecido, y que posiblemente haya proyectado en ellos sentimientos que, a priori, no hubiera tenido por ellos, jamás, pero, que le puedo hacer, ya es tarde para tratar de ser coerente y decir: Noe, espabila, nunca funcionará, nunca te elegirá a ti, nunca perdonará tu fallos, nunca estará para ti....

Por qué me arrojo a los brazos de estos personajes, que como dice mi mejor amiga, no merecen ni compartir el aire conmigo, no lo se...

Mientras escribo esta entrada veo a Alfa pasar ante mi, no podría decir que me haya mirado, y he notado como la piel se me ponía de gallina...

Parafraseando al poeta Matías Romero:

Si es tal contradicción mi humana suerte,
Y yo incapaz,
Sólo en los dulces brazos de la muerte
Tendré la paz.
 
 

lunes, 25 de febrero de 2013

Puertas que no conducen a ninguna parte

Hola chic@s
La inspiración para la entrada de hoy me viene de una frase que leí en el tablón de Facebook de alguien, un contacto, no se quién la verdad, llamemosle Nisu, es de esas cosas que ves por encima, y se te queda solo el mensaje.

Dice así: "A veces tenemos que cerrar algunas puertas, no por orgullo ni por soberbia, si no, porque no llevan a ninguna parte"

Y pienso, ¿cuántas puertas tenemos entornadas en nuestra vida? Puertas que no nos llevan a ninguna parte, o nos llevan a lugares a los que juramos no volver, puertas que prometen mucho, puertas que no prometen nada, puertas que preferimos ignorar, puertas a las que llamamos así por llamarlas de alguna manera, pero que en realidad son más como esa puertecilla de vaivén por la que entran los perros...
A estas alturas, está más que claro, puerta = relación (por si alguien no lo pillaba)

Y precisamente, por una de esas relaciones extrañas, fue por lo que se me quedo grabada la frase

Hace algun tiempo, os hable de "He conocido a alquien del mundo real", bueno pues, el susodicho, es una de esas relaciones.
Vosotras os quedasteis en que no llegamos a conocernos, hablamos mucho, pero no paso nada, el se echó novia, una del mundo real, bla bla bla

Bueno, pues al tiempo de eso, despues de escribir la entrada y demás, reapareció en mi vida de forma misteriosa, primero con mensajes esporádicos, y después, de forma un poco más insistente. Al final, quede con él, salimos un viernes noche; él, sus amigos, y yo.
----------------------
Inciso:
Desde aquí me gustaría darle las gracias a sus amigos y amigas, que me mantuvieron entretenida toda la noche, mientras él se dedicaba a hablar de arte conceptual, exposiciones en Chicago, y más cosas...No es que no me interesara, es que no habló conmigo en toda la noche.
----------------------

La noche trascurrió sin problemas, fiesta, bebida, diversión, y a última hora, me fuí con él.

Desde eso, han pasado meses. Pues desde entonces, no nos hemos visto más, y podéis pensar, es el típico fucker, consigue lo que quiere y adiós, PERO NO!!! Me debe seguir teniendo en marcación rápida, porque cuando menos lo espero, ZASCA! Aparición! Mensajes, llamadas, a veces ambos.

Tomando una decisión inteligente decidí ponerle fín (otra vez), borrarlo de mi vida para siempre, y entonces volvió, es como si en el momento en que tomé la decisión, mi cerebro hubiera emitido un extraño canto de sirena que solo él (o cualquiera del que haya decidido pasar en un momento dado) puede oir.

Retomamos el contacto, sin vernos, más que nada, porque no voy a dejar lo que este haciendo para correr a sus brazos artisticos, y volvió a hacerme lo mismo, y así Ad Infinitum (Para los de la Logse, para siempre- Va por tí Goyo Jiménez)

A fecha de hoy, la situación se repite cada pocas semanas, me escribe preguntandome qué tal, le respondo, y mutis por otras cuantas semanas
Al final, ayer, le dije, que si no le interesaba mi vida, que no preguntara, y me dijo que si le interesaba, le pregunte si estaba seguro, y no respondió...Supongo que tendré que esperar un par de semanas para saber su respuesta.

Con esta laaaaarga historia quiero llegar a que, sé que no es bueno para mi, que no hay futuro, pero aún así, le he dejado la puerta abierta...¿Por qué? Hay muchas posibles respuestas, porque siempre es una opción si me aburro, porque me atrae, porque me da pereza eliminarle, porque ya le he dicho que me deje en plaz, pero no parece captar el mensaje....Un misterio

Al final, dejamos entornadas esas puertas de la vida, nos gusta saber que están ahí, y, de vez en cuando, abrirlas y asomarnos al pasado, hasta que un día, nos damos de bruces con un muro y pensamos...¡Mierda!, tendría que haberlo construido en mi lado

XxXQueenOnMarsXxX


martes, 12 de febrero de 2013

El mayor despeñadero...La confianza

Cuanto tiempo...
Hacía bastante que no dedicaba un rato a escribiros, la verdad es que ha sido por pereza, ni más ni menos, jeje
Hoy me gustaría hacer un ensayo sobre la edad y la confianza
Os habeis dado cuenta de que cuando somos jovenes, creemos en los demás ciegamente, tenemos fe, no dudamos de las intenciones de otros, simplemente damos por bueno todo lo que nos dicen...
Sin embargo, con la edad, el paso del tiempo, y los golpes que nos da la vida, dejamos de tener ese espíritu, y dudamos de todo
Se supone que el pensamiento científico se basa en eso, en dudar de todo, y buscar las respuestas, pero, ¿podría ser posible que estuvieramos matando las relaciones?

A mi última experiencia me remito, yo nunca he sido celosa, bueno si, jejeje, pero nunca en plan psicópata, si no, unos celos de esos que son sanos, que lo que dan a entender es que la otra persona es importante para tí, y que no quieres perderla. Nunca he sido del tipo paranóico, que busca en móviles ajenos, o destripa perfiles de facebook en busca del error, de la falta, del motivo para enfadarse.
Este carácter mío me hizo ser confiada, y es algo curioso, porque siempre he tenido novios que me han engañado, y nunca me ha importado mucho, si, me enfadaba y tal, pero he perdonado, y perdonado de verdad, sin echar en cara nada, sin tener miedo a que volvieran a recaer, pero, hará cosa de año y medio, terminé una relación de muchos años, y entonces, PUM, paranoia total! Y no entiendo porque, él nunca me engañó, pero, el sentirme traicionada por el que era mi compañero y mejor amigo, activo algo en mi, algo que no sabía que existía.

Hace poco, conocí a alguien, y lo cierto es que al principio todo iba bien, nos llevabamos bien, nos reiamos juntos y había química, pero, no se que pasó, un instinto, una bestia de ojos verdes, se apoderó de mi, y empece a desconfiar. Él lo notó, lógicamente, y empezó a molestarle, lo que a su vez, hizó que mi monstruo interior creciera, ¿Qué oculta? ¿Por qué le molesta tanto que pregunte? ¿Por qué me presta menos atención? Y así, la situación mutó en un Uruboros, un ciclo. Yo desconfio, tu te enfadas, me hace desconfiar más, y tu te enfadas más...

Como era de esperar las cosas no han terminado bien, y esto me hace recapacitar sobre lo que hay dentro de mi.

No me he vuelto obsesiva, y no voy por ahí pirateando cuentas, pero, ay la paranoia...que dura es la paranoia, el miedo a confiar en otros, porque, nunca sabes si volverán a traicionarte, a dejarte atrás y echarte de sus vidas. Y es triste, porque ya se sabe, que quien no arriesga  no gana, pero, ¿Y si lo que arriesgamos es nuestro corazón? ¿Y si no ganamos y seguimos perdiendo y perdiendo partes de nosotros mismos? Yo ya perdí a la adolescente que creía en los demás ¿qué será lo siguiente?

Me gustaría terminar esta entrada con dos frases célebres:

-La confianza, como el arte, nunca proviene de tener todas las respuestas, sino de estar abierto a todas la preguntas.
 
-Nuestro ánimo se inclina a confiar en aquellos a quienes no conocemos por esta razón: porque todavía no nos han traicionado.

Podeis ir en paz, jejeje, Y reflexionad

Nos vemos en Marte

XxXQueenOnMarsXxX